Los conflictos vecinales están en el orden del día. Quien más quien menos ha tenido o lo tendrá algún conflicto con sus vecinos. Los motivos pueden ser diversos desde molestos ruidos a altas horas de la noche hasta problemas por animales domésticos, impagos, obras, piscina, garaje… En definitiva, cualquier cosa puede conllevar un conflicto. Normalmente, el vecino que sufre alguna de estas situaciones suele comunicárselo al vecino “molesto” para que cese con la actividad. En la mayoría de casos, se soluciona de esta forma, hablando con tranquilidad y contándole la situación. En otras ocasiones, será necesario volver a subir lo que tensará más aún la situación.
Estas desavenencias entre copropietarios se pueden alargar en el tiempo. Si encima tienen que ver con asuntos de la comunidad, las reuniones pueden ser una auténtica odisea donde los gritos, insultos, malos modos… estarán presentes. Si el conflicto es entre un propietario y un inquilino, la situación puede ser aún peor. Esto se debe porque si el inquilino paga religiosamente al propietario, este se desentenderá del problema.
¿Cómo solucionar estos conflictos? Desde LOMUG te proponemos la mediación. Se estima que el 80% de los conflictos vecinales se acaban solucionando gracias a la mediación. El objetivo es llegar a un acuerdo conjunto, donde ambas partes salgan beneficiadas.
Mediación vecinal
Cuando hay conflictos siempre se recurre al administrador de fincas dejando en esta figura toda la responsabilidad para solucionar el problema entre vecinos. Sin embargo, hay otra medida mucho más efectiva: el medidor vecinal.
La ley 5/2012 de Mediación entre Asuntos Civiles y Mercantiles recoge que el mediador reunirá a las partes afectadas para escuchar el problema y buscar una solución. Cuando llegan a un acuerdo, se redactará el mismo y un acta final de mediación. Dependiendo del contenido, se puede llevar ante notario. Así, en caso de incumplimiento, se podrá demandar a la parte que no lo cumpla.
En caso que una de las partes no acuda a la sesión informativa, el mediador elaborará un informe donde conste quién ha asistido y quién no. El problema de esta situación es que el conflicto seguirá estando y encima se habrá invertido un dinero para nada.
A veces, los conflictos vecinales no se resuelven con tanta facilidad. Los protagonistas reniegan a reunirse sin ser conscientes del perjuicio que están ocasionando. La paciencia, la neutralidad y la flexibilidad serán fundamentales para llegar a un entendimiento.