Vivir en una comunidad de vecinos tiene sus ventajas y desventajas, aunque siempre nos fijamos en los aspectos negativos. Vecinos ruidosos y molestos, morosos, personas que no cumplen las normas… Sin embargo, también existen puntos a favor como dividir entre todos los gastos de la comunidad. Además, si se cuenta con un administrador de fincas, podréis despreocuparos de ciertos aspectos como, por ejemplo, de las cuentas, de las nominas de los empleados (portero, jardinero, personal de limpieza…) o de solucionar ciertos asuntos legales como el tema de los morosos, entre otros aspectos.
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Una de las tareas de este profesional es la de convocar la reunión de vecinos. Se encargará de informar a la comunidad el día, la hora y el lugar de la reunión. Además, estará presente en la misma para informar a los vecinos sobre las cuentas de la comunidad, para presentar presupuestos en caso de hacer reforma u obra, para informar sobre la situación de los morosos… En definitiva, la reunión de vecinos es una práctica esencial e imprescindible en la comunidad vecinal. Aunque se piense que es una perdida de tiempo, lo cierto es que es la única forma que tienen los vecinos para mejorar y resolver los asuntos de la comunidad de forma legal.
A través de estas reuniones, los vecinos adquieren unas obligaciones y unos derechos dentro de la comunidad. Por ejemplo, se deben aprobar las cuentas y los presupuestos de cada ejercicio anual, lo que exige que, al menos, se debe realizar una Junta Ordinaria de Propietarios al año.
Todos los acuerdos adoptados en las reuniones de propietarios son de carácter vinculante, es decir, que vincula y obliga a todos los vecinos de los acuerdos. Asimismo, en caso de causar daño en las zonas comunes, el vecino o vecina responsable deberá costear su reparación de su propio bolsillo. De ahí la obligación de que los vecinos deben respetar y mantener en buen estado tanto las instalaciones como los elementos comunes dentro de la comunidad.
Como hemos comentado antes, la comunidad deberá obligatoriamente realizar una Junta Ordinaria de Propietarios al año, es decir, que deberán reunirse al menos una vez al año. Esta reunión es necesaria para aprobar las cuentas y los presupuestos anuales, pero también es fundamental para nombrar y relevar al presidente y vicepresidente de la comunidad.
A la reunión anual obligatoria, la comunidad podrá realizar reuniones de vecinos extraordinarias en caso de urgente necesidad. Esto puede ocurrir si se rompe una tubería, en caso de humedades, si existen vecinos que no respectan las zonas comunes, ruidos… Este tipo de reuniones surgirán sobre la marcha.
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