Julio y agosto son los meses vacaciones por excelencia. La gran mayoría se coge unos días de vacaciones durante estos períodos para descansar y desconectar de la rutina. Sin embargo, nos encontramos en un verano atípico debido a la pandemia. Es cierto que muchos trabajadores podrán disfrutar de sus vacaciones como en años anteriores, así como aquellos trabajadores que fueron afectados por un ERTE, pero ya se han reincorporado. Pero ¿Qué ocurre con aquellas personas que continúan afectadas por un ERTE? ¿Pueden tener vacaciones?
El ERTE de fuerza mayor ha sido la fórmula establecida por el Gobierno para que las empresas puedan hacer frente a la crisis provocada por el coronavirus. Muchas empresas se acogieron al ERTE para no tener que despedir a sus trabajadores. La buena noticia es que muchas han podido abrir y, por tanto, sacar a sus empleados del ERTE. Sin embargo, todavía quedan empresas con ERTE. Algunos trabajadores que se encuentran en esta situación pueden preguntarse cómo les afecta esta situación a sus vacaciones.
Una vez más dependerá de cada caso en particular. En otras palabras, dependerá del tipo de ERTE y de las condiciones que se han acordado entre empresa y trabajadores. Para entenderlo mejor, desde LOMUG, os vamos a explicar algunas de las dudas más recurrentes para saber cómo debes actuar.
Empresas en ERTE y vacaciones
Lo primero que debemos aclarar es que los empleados que se hayan visto afectados por un ERTE, pueden utilizar ese tiempo como ellos crean oportuno. Esto significa que el Expediente de Regulación Temporal de Empleo no limita ni los desplazamientos ni las actividades. Por tanto, la gente que a día de hoy esté todavía en un ERTE puede desplazarse a la montaña, a la playa, al pueblo… Asimismo, hay que recordar que el tiempo que estén en ERTE no se considera vacaciones.
Se puede dar el caso que la empresa reincorpore a sus empleados en pleno verano, es decir, sacar a sus trabajadores del ERTE. En estos casos, los trabajadores deben estar disponibles para regresar al trabajo cuando la empresa les llame. Eso significa que, si te has ido unos días a la playa, deberás regresar para acudir a tu puesto de trabajo. En caso de negarse, el empresario podrá realizar un despido disciplinario. Lo más recomendable para evitar problemas es acordar la reincorporación al trabajo y avisarlo con unos días de antelación.
Si la vuelta al trabajo se ha producido con un contrato de reducción de jornada, si podrán irse de vacaciones. Lo ideal es llegar a una negociación entre empresa y trabajadores. Así todos saben ganando. Además, al incorporarse al trabajo, estos empleados si acumulan días de vacaciones.
¿Y si ya tenías pedidas las vacaciones antes del estado de alarma? Normalmente, en las empresas se suelen reservar las vacaciones aproximadamente en el mes de febrero. Por tanto, es posible que muchos trabajadores ya tenían reservadas sus vacaciones antes de que se declarará el estado de alarma. En estas circunstancias, en las actuales, lo mejor es pactar las vacaciones entre empresa y trabajador. También conviene revisar el convenio laboral para saber qué dice.
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