Septiembre es el mes de la vuelta a la rutina, pero también es la época donde más divorcios se llevan a cabo. El principal motivo es el estrés acumulado durante los meses veraniegos, en especial durante las vacaciones. Las parejas conviven más tiempo juntas y encima pasan más tiempo con las familias políticas. En algunos casos, se llegan a ir toda la familia al completo de vacaciones. Si a esto le sumamos los meses de confinamiento y de teletrabajo en casa debido a la pandemia, la cosa se complica mucho más.
Al pasar más tiempo juntas, las parejas deberán salvar esas diferencias y dificultades que en el resto del año no se presentan -nos pasamos parte del día trabajando, por lo que prácticamente solo nos vemos por la tarde-noche-. A esta situación también debemos sumar que agosto es inhábil para presentar demandas en los juzgados, por lo que la solicitud de divorcio deberá esperar hasta septiembre.
Muchos divorcios y separaciones se realizan de mutuo acuerdo y de forma amistosa, cosa que facilita mucho el proceso. Sin embargo, no siempre es así. A veces el divorcio y la separación se puede complicar y alargar en el tiempo. En cualquier tipo de divorcio, deberás contar con un buen abogado. Si estás buscando uno, en LOMUG tenemos los mejores abogados para que se encarguen de tu divorcio, separación o nulidad. Llámanos y te informaremos.
Fin a la relación: separación, divorcio o nulidad matrimonial
Cualquier cónyuge puede solicitar el divorcio. Existen tres formas de poner fin a una relación: separación, divorcio o nulidad matrimonial. Aunque pueda parecer lo mismo (y el resultado es igual), tienen aspectos y características diferentes.
Cuando hablamos de separación hace referencia a la no disolución del matrimonio. Por tanto, las personas separadas no pueden volver a casarse. En cambio, el divorcio supone el fin del matrimonio, por lo que si podrán volver a casarse (a firmar de nuevo la documentación necesaria para convertirse en matrimonio). Por tanto, la separación no tiene sentido a no ser que la pareja no esté segura de la ruptura. En caso de desear disolver ese matrimonio, entonces habrá que pedir el divorcio.
Para divorciarse, la forma más cómoda, sencilla y rápida es mediante un divorcio exprés. Se dan cuando ambas partes están de acuerdo y, por tanto, se produce un divorcio de mutuo acuerdo o también llamado amistoso. Este divorcio se podrá tramitar en el juzgado e incluso si no hay hijos menores ni bienes, en el notario (divorcio notarial).
Finalmente, la nulidad matrimonial que sirve para invalidar un matrimonio católico (los casados por la iglesia).